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Fabio M. Bertranou, Carlos O. Grushka, Rafael Rofman
La Argentina sufrió una implosión económica y social en diciembre de 2001. La crisis arrojó como resultado los peores indicadores socioeconómicos de su historia y el sistema de pensiones no resultó inmune a este desastre sin parangón en un país de desarrollo intermedio. En 1994, se había reformado estructuralmente el sistema de pensiones siendo considerado un modelo viable para otras reformas en el mundo. Este artículo discute, en forma general, las características del sistema de pensiones vigente, los problemas estructurales no resueltos con la reforma de 1994, la relación entre esta reforma y la crisis de financiamiento del gobierno, y los efectos del colapso económico en el sistema de pensiones. Finalmente, se discuten algunos de los numerosos aspectos que forman parte de los desafíos para lograr un sistema financieramente viable y potencialmente apto para cerrar las importantes brechas de cobertura tanto de la población económicamente activa como de aquella envejecida.
