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Los responsables políticos en los Estados de bienestar han expresado cada vez más su inquietud sobre el elevado número de personas en edad de trabajar que reclaman el respaldo de la seguridad social. En consecuencia, han cobrado relevancia las políticas destinadas a reducir el grado de dependencia de las prestaciones. No obstante, estas políticas se apoyan sobre una base empírica poco sólida. Apenas existen recopilaciones sistemáticas de datos derivados de los beneficiarios, los programas de la seguridad social se solapan unos con otros y las categorías administrativas varían a lo largo del tiempo. Las disparidades en el tratamiento de los programas de transferencias monetarias entre unos países y otros suponen un obstáculo adicional para establecer comparaciones. En este artículo se detectan y analizan varios de estos problemas, así como las formas en que pueden abordarse. Para representar las tendencias a lo largo del tiempo se utilizan datos administrativos de los solicitantes de prestaciones de seis países europeos. Lo que pretendemos con ello, principalmente, es estudiar el potencial científico que tienen los datos sobre los beneficiarios de las prestaciones como indicadores de la evolución del Estado de bienestar a lo largo del tiempo y en los diversos países.
