Las nuevas estructuras de las sociedades comerciales alejan cada vez más a los socios de las decisiones de las empresas, por lo cual se viene imponiendo la necesidad del establecimiento de un conjunto de principios, reglas y mecanismos mínimos no negociables, aplicables a todas las operaciones y negocios, que garantizan su credibilidad, eficacia, agilidad y transparencia.
En Colombia, como en el resto de Latinoamérica, se vienen dando los primeros pasos a través de regulaciones estatales, las cuales requieren, ineludiblemente, de un clima empresarial propicio.
Las reglas de buen manejo corporativo si bien no constituyen instrumentos definitivos que permitan fortalecer los débiles mercados nacionales, sí permiten insertar a la empresas en el mundo de la globalización de los negocios.