El cambio social producido en los últimos años con la incorporación de la mujer al trabajo ha implicado la necesidad de que tanto el padre como la madre, deban compatibilizar su trabajo con el cuidado de los hijos. Este cambio social se viene efectuando de forma paulatina y progresiva, implicándose cada vez más ambos progenitores en las responsabilidades relativas a las tareas domésticas y cuidado de los hijos, lo que se ha traducido en la necesidad de establecer judicialmente medidas o parámetros adecuados a esta nueva realidad social, cuando se produce una separación o un divorcio.