Tomás González Cueto
Este artículo pretende responder al recientemente publicado por Gabriel Macanás que lleva por título «¿Existe un deber de colegiación para el ejercicio de la Abogacía?», en el que se llegaba a la conclusión de que no existe un deber legal de colegiación forzosa para los abogados. Sin embargo, la realidad jurídica es otra bien distinta: quien no está colegiado en un Colegio de abogados no es abogado. Y esto trae consigo graves consecuencias para el profesional y para el cliente. Los lectores deben sacar su propia conclusión.