Los matrimonios cuyos efectos económicos se rigen por el Derecho aragonés tienen, por ley, el llamado “derecho de viudedad”, un importante instrumento de control de cada cónyuge sobre el patrimonio de su consorte. Muchas personas, al inicio de su vida conyugal, renuncian a este derecho. En este trabajo me planteo la posibilidad de recuperar, en un momento posterior, el derecho previamente renunciado.