Santiago Hernández Torres
El tránsito del siglo XX al XXI ha coincido con una reformulación en el papel territoriales de los asentamientos de población en el espacio rural y las áreas periurbanas, con mayor o menor culpa de la ordenación territorial y urbanística. Aplicando el ejemplo del Archipiélago Canario, proponemos una reflexión sintética sobre la casuística formal, funcional y de impronta ambiental; análisis que se plantea desde el escenario de las posible singularidad en los espacios insulares. Se hace balance de su papel como problema y como reto de la planificación en tanto capítulo estratégico del Suelo Rústico en las Islas.