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Alfredo dos Santos Soares
El artículo examina la posible y deseable aportación de la diáspora africana al desarrollo integral del Continente. Su propósito radica en un doble intento: comprender el aparente posibilismo de la Unión Africana (UA) sobre la materia –apreciable en el enunciado de relevantes disposiciones legales y lineamentos políticos de la organización pan-africana– y calibrar sus resultados y expectativas, en el marco de la Agenda 2063.
En efecto, en su artículo 3(q) el Acta Constitutiva de la UA prevé, entre sus objetivos, invitar y alentar la plena participación de la diáspora africana, como una parte importante del Continente, en la construcción de su desarrollo. A su vez, la Agenda 2063 pone claramente de manifiesto que, sin esa plena participación, el designio de «un África pacífica, próspera e integrada» no será más que un mero espejismo.
Tal y como supra enunciado, el objeto del presente trabajo denota la adopción, además de un esfuerzo de reflexión, de un método sintético, merced al cual se ha podido transitar de la descripción y el análisis de algunos aspectos clave comprendidos en la cuestión que nos ocupa a conclusiones acerca de cuánto de mito y realidad puede existir en la misma. En tal sentido, se ha procedido a circunscribir dicha cuestión a su adecuado marco epistemológico, el configurado por los nexos entre la migración y el desarrollo. Se trata, a fin de cuentas, de un espacio temático multi e interdisciplinar, ya que reúne el interés heurístico de varias disciplinas sociales y humanas, con destaque para la historia y la sociología, el derecho y la política, la economía y las relaciones internacionales. Eso sí, sin perjuicio de cuantas valiosas aportaciones provenientes de las demás ramas del conocimiento, aquí se ha conferido primacía a la consideración histórica, política, jurídica y «desarrollista» de la diáspora africana, en tanto que sector relevante de la realidad migratoria y de la sociedad civil.
Sobre la base de lo anterior, el texto lleva a cabo un breve recorrido por lo que hasta ahora han dado de sí los debates acerca de los citados vínculos migración-desarrollo, otorgando especial atención al interés que los antedichos debates dedican a la diáspora. Asimismo, examina los mecanismos políticos, jurídicos e institucionales que la organización panafricana ha elaborado y trata de poner en marcha, con el objeto de atraer la participación de su diáspora en el desarrollo integral del Continente. Para todo ello, se ha procedido a revisar y analizar, además de los instrumentos políticos y jurídicos regionales relevantes en la materia, la literatura pertinente, buena parte de la misma se encuentra disponible en la red.
El principal hallazgo del presente texto estriba, por un lado, en el apodíctico reconocimiento del acierto de la UA en su opción estratégica y estructural por su diáspora, como se refleja en los documentos regionales de índole normativa y política clave en la materia. En efecto, todo sugiere que la diáspora africana puede jugar un papel determinante en aras a hacer efectiva, en el Continente, la sinergia entre la migración y la construcción de la paz y del desarrollo integral. Y, por otro lado, en la constatación del hecho de que, si bien desde el punto de vista discursivo, programático y de buenas intenciones el encumbramiento político del papel de la diáspora africana por parte de la organización panafricana resulta intachable, su puesta en práctica ha demostrado ser, hasta ahora, «harina de otro costal». Sobre el terreno fáctico persisten los problemas para incluir a la diáspora en las instituciones de la UA. En efecto, los esfuerzos que apuntan en este sentido hasta ahora tan solo han redundado en la creación de la Dirección de Ciudadanos y Diáspora (CIDO por siglas en inglés) y la reserva para la diáspora de 20 asientos en el Consejo Económico, Social y Cultural (ECOSOCC), hecho que lo convierte en el único órgano permanente de la UA con representación de la misma diáspora, elevada por la propia UA a categoría de su «sexta región». Con todo, la actualización de esa representación ha demostrado ser bastante evasiva, reduciéndola a la inoperancia. También parece prosperar la creación de entidades regionales en América del Norte, Europa y América Latina, que, sin embargo, adolecen de significativos obstáculos impuestos a la participación. A todo ello se suma la cerrazón de los poderes establecidos en no pocos Estados miembros de la UA hacia sus diásporas nacionales, agravando, de esta guisa, las condiciones desalentadoras de la contribución de éstas en el desarrollo integral de sus sociedades de origen.
Como conclusión, el texto establece que las dificultades de implementación ya puestas de manifiesto invitan a recelar de cierta falta de capacidad operativa de la UA en sí misma considerada, que podría implicar el riesgo de que la diáspora africana quede diluida y reducida a un «ente civil y político abstracto». Su poca o nula participación, de forma organizada y sistemática, en las estructuras decisorias de la UA y, por extensión, de sus Estados miembros, no hace más que agravar este riesgo, al abordarla más como objeto (fuente de remesas) que como sujeto y actor. Ergo, se advierte de la necesidad de un mayor arrojo, voluntad política y creatividad, que permitan ir allende las buenas intenciones y hacer efectiva la participación del talento y los recursos de la diáspora africana en la edificación de un África próspera, pacífica e integrada.
The article examines the possible and desirable contribution of the African diaspora to the global development of the continent. Its purpose lies on a double attempt: to understand the apparent possibilism of the African Union (AU) on the subject, which is perceived in the statement of relevant legal and political provisions of the panAfrican organization, and to weigh up its results and prospects within the framework of Agenda 2063.
Indeed, in its article 3(q), the Constitutive Act of the AU envisages, among its objectives, to invite and encourage the full participation of the African diaspora, as an important part of the continent, in the construction of its development. At the same time, Agenda 2063 clearly shows that, without such full participation, the design of a plan for «a peaceful, prosperous and integrated Africa» will be nothing more than a mirage.
As stated above, the object of the present work shows the adoption, in addition to an effort for reflection, of a synthetic method, through which it has been possible to move from the description and analysis of some aspects included in the referred question to conclusions about how much of myth and reality may be present in it. In this sense, the question has been confined to its proper epistemological framework, the one configured by the migration and development nexus. It is related, after all, to a multi and interdisciplinary theme space, since it brings together the heuristic interest of several social and human disciplines, highlighting history and sociology, law and politics, economy and international relations. Without prejudice to the valuable contributions made by other branches of knowledge, priority has been given to the historical, political, juridical and «developmental» view of the African diaspora as a relevant sector of the migration reality and civil society.
On the basis of the foregoing, the text deals shortly with what has given rise so far to debates about the aforementioned migration-development nexus, paying special attention to the interest that the above-mentioned debates devote to diaspora. It also examines the political, legal and institutional mechanisms that the pan-African organization has developed and seeks to implement so as to attract the participation of its diaspora in the global development of the continent. In addition to the relevant regional political and legal instruments, the corresponding literature, which is available on the web to a large extent, has been reviewed and analysed.
The main finding of this text is, on the one hand, the apodictic acknowledgement of the AU success in its strategic and structural choice for its diaspora, as shown in the regional documents of regulatory nature which represent the key policy in the matter. Indeed, everything suggests that the African diaspora may play a decisive role in the continent to carry out synergy between migration and construction of peace and comprehensive development. On the other hand, and taking into account that from a discursive, programmatic and «good intentions» point of view, the political exaltation of the African diaspora’s role by the pan-African organization is irreproachable, its implementation has proved to be, so far, a different matter. From a factual point of view, problems to include the diaspora in the institutions of the AU are still present. Indeed, the efforts made so far have only resulted in the creation of the Citizens and Diaspora Directorate (CIDO) and the 20-seat diaspora reserve in the Economic, Social and Cultural Council (ECOSOCC), a fact that made it the only permanent body of the AU with representation of the same diaspora, elevated to its «sixth region» category by the AU itself. However, updating that representation has proven to be rather evasive, reducing it to ineffectiveness. The creation of regional entities in North America, Europe, and Latin America also appears to be flourishing, yet they suffer from significant barriers to participation. In addition to this, we also have to consider the narrow-mindedness of the powers established by many AU member states towards their national diasporas, thereby worsening the disheartening conditions of their contribution to the comprehensive development of their origin societies.
As a conclusion, the text states that the already highlighted difficulties for implementation invite us to distrust a certain lack of operational capacity of the AU in itself, which could imply the risk that the African diaspora will be diluted and reduced to a «civil and political abstract entity». Their little or null participation in an organized and systematic way, in the decision-making structures of the AU and, by extension, of its Member States, only makes this risk worse, by addressing it more as an object (source of remittances) than as a subject and an actor. Therefore, there is a need for greater courage, political will and creativity, so as to go beyond good intentions and make the participation of talent and resources of the African diaspora effective to build a prosperous, peaceful and integrated Africa.
