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, Gustavo Díaz Matey
La Unión Europea parece por fin decidida a alcanzar una autonomía estratégica que le hará más fuerte y le permitirá contribuir mejor a la estabilidad mundial. Para ello, necesita mecanismos de disuasión creíbles derivados de una fuerza militar efectiva.
Ante un escenario altamente volátil y con una compleja situación de seguridad en Europa desde 2014, se hace necesario contar con mecanismos de disuasión creíbles y una capacidad de intervención rápida a fin de dar respuesta inmediata a una agresión. Poner en marcha la denominada Alianza Defensiva será, de hecho, el principal reto que tenga ante sí la Unión Europea en los próximos años. Estamos en un momento de cambio de paradigma en la UE y la Estrategia Global presentada por la alta representante, Federica Mogherini, en junio de 2016, supone una completa innovación en la medida en que incorpora este nuevo contexto y desarrolla la noción de autonomía estratégica.
Avances en la política de seguridad y defensa Desde que comenzó 2017 se han producido profundos cambio en la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) que han llevado a algunos autores a afirmar que se ha avanzado más en un año que en 10. Este desarrollo ha surgido en el marco de la aplicación de la "Estrategia global para la política exterior y de seguridad de la Unión Europea: una visión común, una actuación conjunta, una Europa más fuerte".
Las consecuencias del referéndum sobre la retirada de Reino Unido de la UE, el 23 de junio de 2016, han sido contrarias a lo esperado, ya que no solo no ha producido el temido efecto contagio que anime a otros Estados miembros a solicitar su retirada, sino que ha logrado una fuerte cohesión entre los miembros y entre estos y las instituciones comunes. En uno de los ámbitos en el que más se ha progresado ha sido en materia de política de defensa. Precisamente durante 2017 se han conseguido avances decisivos en el marco de la citada Estrategia Global.
Reino Unido ha dejado de obstaculizar la puesta en marcha de la política de defensa, aunque sigue dificultando gran parte de su desarrollo. ¿Por qué ha sucedido esto? Porque los británicos saben que, en el momento en que dejen de ser país miembro, los 27 desarrollarán la política de defensa que decidan y es ahora, en este periodo de transición, cuando aún puede influir de alguna manera de acuerdo a sus intereses nacionales.
La Alianza Defensiva supone un nuevo paradigma porque obliga a todos los Estados miembros a prestar ayuda y asistencia con los medios a su alcance frente a una agresión exterior. Es preciso analizar su nacimiento, puesta en marcha, las implicaciones derivadas y la transformación del compromiso jurídico del artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea (TUE) al compromiso político que implica la Estrategia Global.
La invocación francesa a este artículo fue fundamental en la activación de esta Alianza Defensiva que si bien se contemplaba en el tratado no se tenía en cuenta y parecía algo más formal que real. Sin embargo, la aplicación de la misma no ha tenido el alcance deseado ya que se ha puesto en marcha de forma muy tenue y a través de los Estados miembros y no de la Unión Europea. Para que la Alianza Defensiva sea creíble es preciso poner en marcha la Cooperación Estructurada Permanente (Pesco), contemplada en el artículo 42.6 del TUE. La auténtica novedad que trasciende de todos los documentos y análisis técnicos es que esta decisión está casi madura y se va a adoptar próximamente, pese a las dificultades existentes entre los Estados miembros ...
