La inversión es un elemento fundamental para conseguir un crecimiento económico sólido y sostenible. La existencia de un marco político, jurídico y socioeconómico estable, abierto, transparente y no discriminatorio es crucial para fomentar las inversiones, especialmente las extranjeras. Los acuerdos internacionales de inversiones contribuyen a reducir el riesgo de las inversiones extranjeras al garantizar una serie de principios de protección y de no discriminación en el país receptor de la inversión. Además, incluyen un mecanismo de resolución de disputas inversor-Estado (ISDS, por las siglas de Investor-State Dispute Settlement), que se añade a los tribunales domésticos, para hacer efectiva la protección. Las críticas a este mecanismo ISDS han llevado a la Unión Europea a plantear una reforma con el objetivo final de crear un Tribunal Multilateral de Inversiones. Este tribunal, si bien contribuiría a fortalecer el marco internacional para realizar inversiones, necesitará de un respaldo de los países más importantes en la escena internacional, así como de la opinión pública.