Según el último informe Impactur 2014, casi la mitad del PIB balear se debe al turismo.
En la media de España, supone casi un 11% del PIB total.
Sin embargo, muchos destinos turísticos españoles ha entrado en una fase de madurez donde sus playas se han convertido en espacios monotemáticos con conflictos derivados de la masificación y aglomeraciones humanas incontroladas vinculados al turismo de Sol y Playa.
La política turística que viene impulsando el gobierno en los últimos años persigue la conservación e incremento del potencial de los principales destinos del país.
Uno de los instrumentos utilizados para impulsar la renovación de destinos turísticos maduros ha sido la constitución de consorcios urbanísticos, en los que concurren las diferentes administraciones públicas con competencias en un mismo destino.
En 2005 se constituyó el primer Consorcio Playa de Palma. La Playa de Palma, pionera como destino turístico nacional e internacional hace más de 50 años, vuelve ahora a ser precursor en la reflexión sobre los nuevos retos que deberían alcanzar los destinos turísticos maduros en el futuro tras un modelo de turismo de masas “de sol y playa” obsoleto. Un laboratorio excepcional para el estudio de destinos turísticos maduros-tipo del litoral español.