En Filipinas, el año 2016 estuvo marcado por la elección del presidente Rodrigo Duterte. Su programa de lucha contra los estupefacientes y la criminalidad ha captado la atención de los medios de comunicación internacionales debido a los millares de muertos que provoca. Pero tiende a enmascarar las numerosas reformas sociales, económicas y políticas que el nuevo hombre fuerte de Manila quiere poner en práctica.