Jesús Marí Farinós
A día de hoy existe una enorme sensibilización, tanto de las personas como de las propias empresas, acerca de la importancia del comportamiento ético para el desarrollo sostenible de los proyectos a medio y largo plazo. La responsabilidad social corporativa responde a la ética, al compromiso, pero también a una obligación preexistente para con la sociedad y la comunidad donde se inserta la empresa. Mientras dicha obligación no nazca de la palabra dada o del apretón de manos, de la buena fe, en definitiva, esto es, de la voluntaria interiorización de la misma por parte de las empresas, deberá recurrirse a la norma imperativa y, si esta no existe, la autorregulación y las propias normas de actuación y códigos éticos o de buen gobierno, todavía se hallarán lejos del desiderátum de una sociedad comprometida, avanzada, solidaria y sostenible.