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Este artículo estudia la evolución y las modalidades de la gobernanza urbana en materia cultural y patrimonial bajo el mandato de Augusto Barrera, alcalde de Quito entre 2009 y 2014, cuyo objetivo fue construir la ciudad del Buen Vivir, en la continuidad con la Revolución Ciudadana llevada a cabo a nivel nacional. Se trata de ver cómo los actores del campo cultural y patrimonial quiteño lograron integrar el paradigma del Buen Vivir y analizar en qué medida los discursos y políticas resultantes se presentan en oposición a las prácticas anteriores, para, al mismo tiempo, identificar las contradicciones y dificultades con las que dichas políticas se ven enfrentadas. Estas tensiones se reflejan principalmente en la difícil conciliación entre los dos relatos urbanos que son el de la ciudad patrimonio cultural de la humanidad y el de la ciudad del Buen Vivir.
This paper explores the evolution and modes of urban gouvernance concerning heritage and culture in Quito under the mandate of Mayor Augusto Barrera (2009-2014), who promoted the construction of the city of «Buen Vivir», in line with the national «Citizen Revolution». The aim is to study how the stakeholders from the cultural and heritage fields in Quito have managed to integrate the paradigm of «Buen Vivir» as it has marked a turning point in traditional practices. The article will also analyse the difficulties and the contradictions facing these policies, reflected in the difficult balance between the two urban stories produced by the city as «World Cultural Heritage» and the city of «Buen Vivir».
Cet article explore l’évolution et les modalités de la gouvernance urbaine de Quito en matière culturelle et patrimoniale sous le mandat d’Augusto Barrera, maire entre 2009 et 2014, qui promeut la construction de la ville du Buen Vivir. Il s’agit d’observer comment les acteurs issus du champ culturel et patrimonial quiténien sont parvenus à intégrer, ces dernières années, le paradigme du Buen Vivir et d’analyser dans quelle mesure les discours et les politiques qui en résultent marquent une rupture avec les pratiques antérieures, tout en identifiant les difficultés et contradictions auxquelles ces politiques sont confrontées. Ces tensions se reflètent notamment dans la problématique de conciliation entre les deux récits urbains que constituent la ville patrimoine culturel mondial et la ville du Buen Vivir.
