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Viviane Y. Naimy, Joelle Chukri
Este artículo mide y compara la eficiencia y productividad del sector bancario libanés, tras la crisis financiera de 2007 y la primavera árabe de 2011, mediante la implementación de un Análisis Envolvente de Datos para los años 2008, 2011 y 2013. Los inputs considerados son el número de empleados, el gasto total por intereses y el número de sucursales; los ouputs son los ingresos por intereses y los ingresos distintos de los intereses.
De acuerdo con los modelos de rendimientos a escala variables (modelo BCC) y constantes (modelo CCR), en 2013 la mayoría de los bancos registraron mejores resultados, en lo que a eficiencia se refiere, que en 2011 y 2008. El test de los rangos con signos de Wilcoxon confirmó que la eficiencia de los bancos libaneses no se vio afectada por las secuelas de la crisis financiera, e incluso mejoró tras los disturbios de la primavera árabe. Se ha calculado la eficiencia de escala y se han investigado todas las posibles fuentes de ineficiencia para cada banco. El índice de Malmquist de la productividad total de los factores reveló un aumento del 6.3% en la productividad como consecuencia del avance en tecnología y eficiencia de gestión. Se sugieren una serie de mejoras, cuantificadas, para los bancos ineficientes: los ingresos distintos de los intereses parecen insuficientes en el caso de 10 entidades bancarias, por lo que requieren un serio esfuerzo en lo que se refiere a la diversificación de sus ingresos; y los gastos por intereses deberían reducirse vía recortes en los tipos de interés o reducción de las cantidades depositadas. La eficiencia global de los bancos libaneses no elimina su riesgo, y ello debido a su vulnerabilidad ante una serie de factores de corte macroeconómico, social y político
This paper measures and compares the efficiency and productivity of the Lebanese banking sector after the 2007 financial crisis and the 2011 Arab Spring by means of a Data Envelopment Analysis for the years 2008, 2011 and 2013. Number of employees, total interest expense and number of branches were used as input factors versus total interest income and total non-interest income as output factors. According to the CCR and BCC models, most banks recorded better efficiency results in 2013 than in either 2011 or 2008.
The Wilcoxon matched-pairs signed-rank test confirmed that the efficiency of Lebanese banks was not affected in the aftermath of the financial crisis and even improved after the turmoil of the Arab Spring. Scale efficiency was calculated and all possible sources of inefficiency corresponding to each bank were examined. The Malmquist Total Factor Productivity (TFP) index revealed an overall improvement in productivity of 6.3% due to the progress in technology and managerial efficiency. Quantified improvements were suggested for inefficient banks: total non-interest income appears to be an under-produced output for 10 banks and a serious effort is thus required to diversify the sources of income;
and total interest expenses should be reduced through cutting interest rates or reducing deposit amounts. Despite the overall efficiency of the Lebanese banks, they remain at risk due to their vulnerability to various macro, socio and political factors
