Desde hace más de un siglo la mafia se ha convertido en una nociva forma de contrapoder que ha afectado intensamente a la convivencia y la democracia en Italia. Ante esto la sociedad civil ha estado obligada a impulsar procesos de innovación desde los que resistir, resignificando el conflicto, construyendo una nueva institucionalidad, ganando la complicidad ciudadana y movilizándola. ¿Qué podemos aprender de las iniciativas puestas en marcha por los movimientos sociales antimafia para luchar contra el crimen organizado y la corrupción política?