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La historia, como forma privilegiada del conocimiento de la sociedad, ha sido generalmente, al mismo tiempo, un patrimonio de las clases dominantes y un objeto ideológico de disputa dentro del conflicto social. Aceptada generalmente en los términos de los grupos dominantes por las clases subalternas, sólo es cuestionada cuando dentro de éstas se gesta una visión ideológica alternativa que impugna el orden político y social existente.En la conformación de esa nueva conciencia histórica popular confluye una diversidad de elementos que van de la tradición a las ideas del cambio, combinándose de distintas maneras. Un problema adicional es el del registro histórico de esas formas de conciencia social, que pocas veces han dejado testimonios escritos. La historia oral y el método indiciario son las formas en que tal visión del mundo puede ser reconstruida. El mito juega, entonces, un papel central que puede ser no sólo aglutinador, sino liberador de las concepciones de las masas.
