En particular, el cooperativismo de viviendas aparece, no sólo en nuestro país, sino en el resto de la Unión europea, como un mecanismo útil para dar respuesta a la demanda social de viviendas por parte de un sector de la población que no está en condiciones de adquirirlas a un precio de mercado, dadas sus circunstancias económicas (jóvenes, familias con desempleados, etc.), permitiendo, además, su control democrático por los propios socios.