El presente artículo forma parte de algunas reflexiones que realizo sobre mi práctica profesional que se ve interpelada en el campo de la salud por las políticas públicas, las prácticas médicas y los géneros. Mediante el diálogo con la teoría y lo que nos dicen las prácticas, se intenta develar a la incongruencia que son sometidos los géneros a reproducir los estereotipos hegemónicos por parte de las políticas públicas y las prácticas médicas.
En este sentido se intenta recuperar las variaciones que subyacen dentro del campo de la salud para dar cuenta que persisten contradicciones en el mismo: lejos de reproducir categorías dicotómicas como hombre y mujer, los géneros se encuentran sometidos por diversas esferas de opresión y desigualdad, que los interpela significativamente a la hora percibir síntomas y malestares, conjuntamente con las estrategias de prevención de la salud que puedan adoptar.