Ricardo Santamaría Burgos
El brillante comportamiento del sector exterior de la economía española desde 2010 ha permitido mitigar los daños de la crisis y acelarar una sana y esperanzadora recuperación.
Ahora bien, quedan aspectos y tareas pendientes sobre las que deben prestar especial atención tanto las empresas como los responsables de definir nuestra política de promoción de la internacionalización.
La mayor diversificación de nuestros mercados de destino es una de ellas.
Para ese propósito, el análisis del riesgo país puede ser una herramienta muy útil por un doble motivo: por un lado, resulta fundamental para la eficaz mitigación de los riesgos en nuevos mercados no tradicionales, en los que los riesgos extraordinarios y políticos, así como sistémicos, cobran un protagonismo especial.
Por otro lado, el análisis de los mercados y sus perfiles de riesgo permite la detección de oportunidades y orientar estrategias y acciones de promoción de nuestra internacionalización en determinados países o zonas geográficas.