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El objeto del presente artículo es trasladar al público, especializado o diletante, la visión que un estudiante de Derecho consiguió en el último año de su carrera tras realizar unas prácticas jurídicas en un Centro Penitenciario mediante un convenio de colaboración existente entre la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y la Universidad de Oviedo. Dada la inexistencia generalizada en el ámbito universitario de una asignatura que aborde con una seria profundidad el Derecho Penitenciario, creo que es necesario fomentar el interés disciplinar por el mismo, no solo ya porque las Instituciones Penitenciarias lleven a cabo una importante función del Estado, que va desde la ejecución de las penas privativas de libertad hasta la reeducación y reinserción social del penado, sino porque también debería dotarse a los futuros juristas egresados de la Universidad de una base jurídico-penitenciaria suficiente para poder responder a las exigencias básicas que conlleva la labor del abogado defensor de un interno.
