El uso del homo economicus en economía ha sido defendido principalmente porque permite elaborar modelos formales de precisión que los distinguen de otras ciencias sociales. En este trabajo sostenemos que la economía no es más “científica” por haber sostenido la racionalidad en sus modelos. Para verlo, realizamos un paralelismo del tratamiento de la racionalidad individual con las ciencias políticas, una disciplina con un estatus epistemológico similar a la economía, y para ello nos centramos en los modelos de votación. El paralelismo revela la racionalidad se consideró central para el desarrollo de la teoría económica, pero no en las ciencias políticas, donde la hipótesis fue testeada y abandonada sin mayores traumas o consecuencias analíticas. La valoración reflexiva de este supuesto le permitió avanzar hacia conclusiones más cercanas a la realidad y, en consecuencia, más útiles y aplicadas.