Acceso usuarios
Entre marzo y julio de 2008, la Argentina vivió un profundo conflicto protagonizado por un poderoso sector agropecuario y el gobierno nacional. El “conflicto del campo” tuvo su origen en una resolución ministerial que establecía un sistema de retenciones móviles, principalmente a las exportaciones de oleaginosas. Como corolario, las elecciones de medio término de 2009 estarían marcadas por un elemento novedoso: el ingreso de referentes de origen gremial-agropecuario en las listas partidarias.
El presente trabajo analiza el proceso de coordinación electoral entre el sector agropecuario y los partidos políticos, que diera lugar a las referidas candidaturas. Al respecto, realiza un aporte para comprender las razones políticas por las que se produjo dicho proceso y ofrece una original aproximación sobre la relación entre grupos de interés y partidos en la Argentina contemporánea. Se demuestra cómo, en el contexto del conflicto –contrariamente a lo que la teoría de la coordinación estratégica podría sugerir–, las élites agropecuarias buscarían apoyo partidario a candidaturas propias o promoverían su nominación, un proceso que tuvo su origen en decisiones instrumentales netamente partidarias.
Between March and July 2008, a profound conflict starred by a powerful agricultural sector and the national government took place in Argentina. The “farmers’ rebellion” was originated by a ministerial resolution that enacted a price-adjusted schedule of retentions, mainly to oilseeds’ exports. As a result, the midterm elections of 2009 were marked by a singular fact: the entry of members of agricultural unions in the party lists.
This paper qualitatively analyses the process of electoral coordination between farmers and political parties that led to the referred candidacies. In this regard, it lets comprehend the political reasons that gave way to such process while offering an original approach on the relationship between interest groups and parties in Argentina. This study demonstrates how in the context of the conflict –unlike what the theory of strategic coordination would suggest– the promotion of rural elites’ nomination was a process exclusively originated in partisan strategic decisions
