No han sido pocas las ocasiones en las que los Tribunales han denegado la validez procesal a pruebas informáticas (1) en procedimientos judiciales debido a la destrucción de la cadena de custodia de las mismas. La cadena de custodia es un asunto de extrema importancia en lo que a pruebas informáticas se refiere, puesto que determinar una posible alteración de la prueba en una evidencia de este tipo es una cuestión matemática y absolutamente dicotómica, esto es, o la prueba no ha sido alterada o la prueba ha sido alterada (salvo, actualmente, para evidencias informáticas de teléfonos móviles, en las que se ahondará en este artículo). Si la prueba no ha sido alterada desde su recolección hasta su estudio forense (2), la cadena de custodia habría sido conservada, mientras que, por el contrario, si la prueba ha sido alterada, la cadena de custodia habría sido destruida.