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Una consideración de conjunto o de carácter holístico, nos lleva a afirmar que el fundamento técnico y jurídico del derecho criminal está íntimamente relacionado con el tratamiento de la prueba en el proceso penal. Las alegaciones y teorías sobre la existencia del delito y su autor, quedan fuera de juego sino se acredita en el juicio oral los elementos que lo integran, es decir, sino se prueba el hecho y tipo delictivo. De ahí que una correcta y exitosa investigación criminal, tenga en cuenta las funciones de recoger, conservar, registrar, transportar y analizar adecuadamente los vestigios hallados en la escena del crimen siendo preservados en todo momento, a fin de garantizar su autenticidad a largo de todo el proceso penal. Un pelo encontrado en la ropa de la víctima, la droga incautada o el arma homicida, son parte de esta estructura fáctica a la que se anuda efectos jurídicos conocida como la cadena de custodia.
