En octubre de 2015, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea revocó la normativa Safe Harbor, acuerdo trasatlántico que permitía que las empresas estadounidenses transfirieran datos fuera de la Unión Europea. Esta decisión deja en un terreno jurídico inestable a las empresas de tecnología estadounidenses, que ahora se debaten entre la seguridad nacional y el derecho a la privacidad.