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María José Fernández Fernández, Noelia Recarey Liñares, Daniel Castrillón Martínez
Catorce años después de la entrada en vigor de lo que habría venido constituyendo el marco normativo del urbanismo gallego, de la entrada en vigor de múltiples normas sectoriales en materia medioambiental, de transparencia administrativa y de regeneración y renovación urbana principalmente; y de que el estallido de la actual crisis económica pusiese en tela de juicio un modelo de urbanismo y ciudad que venía imperando en las últimas décadas; entra en vigor la Ley 2/2016, de 10 de febrero, del Suelo de Galicia; con varios objetivos claros: dar respuesta a las demandas de adaptación normativa que los últimas reformas legislativas, protagonizadas por leyes como la Ley 8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas o la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental; habrían puesto de relieve; y adecuar el modelo del urbanismo tradicional a las necesidades y características de la sociedad y territorio Gallego, así como a los principios de desarrollo sostenible, transparencia y simplificación administrativas.La importancia de esta nueva norma en el panorama urbanístico gallego actual justifica el presente estudio en el que se ponen de relieve los aspectos más novedosos de aquella.
