El camino para modernizar la Administración Pública no pasa tanto por su reforma como por la elaboración de un nuevo diseño institucional que cambie las reglas del juego y la cultura institucional, política y administrativa. Para ello es necesario diseñar instituciones que sean atractivas para la ciudadanía, con una Administración transparente, que evalúe sus políticas y que rinda cuentas. Asimismo, se debe elaborar un modelo propio de dirección política y profesional.