España dedica a inversión en Sanidad Pública en torno al 6% del PIB, un porcentaje inferior al de los países más desarrollados de la Unión Europea. El envejecimiento de la población obliga a hacer nuevos esfuerzos de inversión en la sanidad pública ya introducir reformas que mejoren la eficiencia del sistema y la calidad del servicio. Durante los años de gobierno del Partido Popular, la Sanidad Pública ha sufrido recortes que ha afectado a la equidad y a la sostenibilidad del sistema, provocando desigualdades que deben ser corregidas.