En la medida en que la actividad empresarial se internacionaliza, es necesario estar preparado para valorar el coste fiscal que las operaciones económicas entre empresas de distintos países pueden tener, las posibilidades que la planificación fiscal ofrece mediante la utilización -dentro del marco legal existente- de convenios de doble imposición, utilización de paraísos fiscales, beneficios ofrecidos por la legislación doméstica, etc.