El nuevo IRPF incorpora un planteamiento sustancialmente distinto al vigente actualmente. La reforma comporta una significativa disminución en el volumen global del impuesto para las familias, lo cual contribuirá a la mejora de su capacidad económica. Al mismo tiempo, pretende avanzar en el modelo europeo de armonización fiscal, si bien habrá que estar pendiente de la evolución de las principales magnitudes presupuestarias para, en su caso, corregir o ahondar en el calado de la reforma. En este artículo se analizan los aspectos fundamentales que comporta el nuevo IRPF, que tendrá sus efectos a partir de 1999.