La diferencia entre contailidad y gestión financiera se percible claramente en sus distintas orientaciones: la contabilidad se centra en costes objetivamente verificables, y la gestión financiera, en valores subjetivamente opinables. El hecho de que la contabilidad esté menguando y la gestión financiera esté creciendo implica una transición desde conceptos "hard" hasta conceptos "soft", coherente con lo que ocurre en otras áreas de la gestión.