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Durante las décadas de 1930 y 1940, las cinematografías brasileña, argentina y mexicana se esforzaron por generar, para sus respectivos países, imágenes e historias que fortalecieran la identidad nacional, lo cual dio como resultado una fuerte tendencia a la uniformidad. En Brasil, el cine buscó impulsar el carnaval como motivo nacionalista, con filmes como A voz do carnaval, Alô, lô, Brasil y Carnaval no fogo. A partir de 1950, en cambio, los cineastas brasileños intentaron nuevos rumbos en su cinematografía con, por ejemplo, la corriente estética del Cinema Novo.
