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La crisis económica y financiera mundial ha sacado a la luz algunas de las debilidades estructurales de la economía mundial, ha agravado los desafíos a los que se enfrenta la clase media y ha desvelado la fragilidad de la tercera vía ante los mercados financieros. Para responder de forma eficaz a la crisis y los profundos retos actuales de la clase media, los progresistas han empezado a definir un modelo económico basado en las lecciones tanto del consenso keynesiano como de la tercera vía, proponiendo una alternativa básica a las hipótesis de la economía neoclásica.
