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La Cumbre del Clima de París ha sido un paso adelante en el modo de entender el progreso y el desarrollo económico, que se traduce en un compromiso de los países para caminar hacia un progreso neutro en emisiones, compatible con el entorno y el clima del planeta. Las prioridades para España se centran en elaborar una hoja de ruta antes de 2018 que deberá ser compatible con los objetivos de una economía sin carbono para 2070/2080. Ello supone una reducción de emisiones del 30%, con respecto a las de 1990, para 2030, del 70 u 80% en 2050 y del 100% entre 2070 y 2080.
