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El cambio climático tendrá graves consecuencias en las zonas costeras y litorales, asociadas a la elevación del nivel del mar y al aumento de la temperatura de las aguas. Tanto el medio marino como el terrestre se verán afectados, lo que acarreará dificultades para los seres humanos, en su salud y sus medios de subsistencia. Las Administraciones Públicas deben hacer frente a este reto impulsando un nuevo Plan Nacional de Cambio Climático, que realmente sitúe a nuestro país en la senda -establecida por la Unión Europea- de cumplimiento de la reducción en 2030 del 40% de emisiones, en comparación con niveles de 1990, y una reducción del 80% para el 2050, lo que implicará cambios profundos en el consumo y en el sistema productivo.
