Barcelona, España
En España, así como en otros países occidentales, las personas con mayor nivel educativo tienen menos probabilidades de estar en paro. Esta relación inversa entre educación y desempleo es especialmente relevante para los jóvenes, ya que para la mayor parte de ellos el nivel educativo alcanzado es la única forma que tienen de señalar sus habilidades y conocimientos en el mercado de trabajo. Por lo tanto, los jóvenes con niveles educativos más bajos son los que presentan un mayor riesgo de caer en el desempleo. La situación de estos jóvenes se ve sobredimensionada en la tasa de paro juvenil, puesto que solo tiene en cuenta a los jóvenes activos en el mercado de trabajo, dejando de lado a los que están aún en etapa formativa. Dada la situación de transición de los jóvenes entre la educación y el mercado de trabajo se hace necesario tener en cuenta las diferentes actividades que ejercen los miembros de este colectivo para poder evaluar su situación. Algunos indicadores complementarios a la tasa de paro juvenil que incluyen en mayor medida al colectivo joven, son el índice de desempleo, el porcentaje de «ninis» (es decir, sin estudios, sin empleo y sin formación) y la situación global de los jóvenes.