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En su diario, en la fecha del 3 de febrero de 1941, Ivan Maisky, embajador soviético en Londres, relata una entrevista inesperada que preparó el reconocimiento precoz del Estado de Israel por la URSS. Sus notas esclarecen el giro de Moscú, que, tras haber apoyado la creación de una Palestina independiente, resultó oponerse más al mandato británico que al sionismo.
