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Hernando Duque Maya
Actualmente es tema de interesante debate la estatua del escultor Arenas Betancur. Los enemigos de ella dan razones de mucho peso en contra del "Hombre Caballo", considerando un irrespeto el que el bronce que simboliza al Padre de la Patria sea presentado desnudo y en esa forma huracanada y flamígera. A los que sostenemos la tesis contraria, nos emociona y satisface la metáfora atrevida del artista. El desnudo en el arte ha sido un producto de depuradas escuelas. Díganlo si no ese cúmulo de obras que poblaron a la esplendente Europa en los tiempos del Renacimiento, las que se abrieron paso hasta adquirir sitios destacados en los museos más exigentes y en las galerías del propio Vaticano. Es que en las esferas del arte, existe la obra precisa, calcada en las más auténticas realidades, representante de un arte expresionista, y aquella realización que no siempre copia los atributos externos de la cosa o persona que significa o reproduce, representante de un arte impresionista. A este último tipo pertenece la obra de Arenas Betancur, en lo que se refiere a su Bolívar flamígero y desnudo, en su raudo vuelo en pos de la conquista que ha concebido su cerebro enardecido, hecho de genio y de libertad. (…)
