En los últimos años las obligaciones legales de información han crecido en importancia como una técnica legislativa que busca permitir que los individuos tomen decisiones mejores y más informadas. Estas obligaciones de información parecen ser sencillas y eficientes, inocuas en el peor de los casos y excelentes en el mejor. Sin embargo, los seres humanos tenemos una capacidad limitada para la obtención de información, para su procesamiento, su retención y su recuperación, y para su correcta aplicación llevando a cabo las acciones correctas. Este artículo analiza los problemas que surgen cuando el individuo recibe demasiada información y ésta es demasiado compleja. En este caso, las obligaciones legales de información pueden ser ineficaces, ineficientes o incluso perjudiciales