Jordi Estalella del Pino
Los conocimientos técnicos, la experiencia y la reputación son condiciones necesarias para vender servicios jurídicos, pero no suficientes. El cliente contrata el servicio porque espera y anhela establecer una relación de confianza. El precio (honorarios) que paga constituye, en el fondo, el medio de cambio con el que recompensa al despacho las interdependencias y el conjunto de elementos emocionales que integran la relación.