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Santiago García Echevarría 
La larga y compleja crisis financiera y económica ha generado la necesidad tanto de profundos cambios en los procesos económico-sociales como en la urgencia de la transformación tanto de las Instituciones como de la Acción económica de la persona. Los "crecientes déficits fiscales" obligan a serios ajustes presupuestarios, implica la "austeridad fiscal" con las graves consecuencias en el desarrollo de la economía y el fuerte impacto en las personas. Sin embargo, no se logran per se una más eficiente acción económica, no se impone la "austeridad económica" que permanentemente se busca, de ahí las exigencias de "Reformas, de imponer junto a la "austeridad fiscal" la "austeridad económica", esto es, el uso eficiente de los recursos escasos, la búsqueda de la realidad económica. No se logrará transformar la acción económica en base a la "austeridad fiscal". Es preciso impulsar un Ordenamiento Económico que descanse en la dimensión Societaria de la Economía, esto es, una economía que contribuya a cubrir las necesidades de las personas mediante la eficiente utilización de los recursos escasos. Se trata de la dimensión ético-económica que involucran a la persona en los procesos de cambio y de transformación de la Sociedad. Los "fines" de la economía en el desarrollo integral de la persona que constituyen el "objetivo final" que descansa en el "sistema de valores" que hace posible el desarrollo de las competencias de las personas y su "cooperación" con los demás en base al "bien común" que configura su propia e innata dimensión social. Este Orden Económico es el de una Economía Social de Mercado que busca un Orden de Sociedad que impulsa la eficiencia económica en el Marco del Equilibrio Social necesario para el desarrollo de una "economía de mercado que funcione bien". Es la persona la destinataria de la economía mediante libertad y responsabilidad bajo el Principio de la Competencia y el Principio de Solidaridad. Del desarrollo de esta dimensión Societaria de la Economía depende el éxito de la "austeridad económica", las "reformas" de forma que se logre el fin de la economía: desarrollo integral de la persona y su contribución al "bien común" mediante el uso eficiente de los recursos escasos.
The long, complex financial crisis has prompted the need for profound change in the socio-economic processes as well as the urgent transformation of Institutions and transformations in individuals- Economic Action. The growing fiscal deficits demand deep budgetary adjustments, requiring fiscal austerity with all of the serious consequences that such measure haves upon economic growth, as well as the profound impact felt by individuals. Such measures do not, however, leadper se to more efficient economic action; the sempiternally sought-after "economic austerity" seems not to assert itself. From this springs the demands for Reforms, the demand for imposing fiscal austerity along with economic austerity -in other words, the efficient use of scarce resources, the search for economic reality. Economic action will not be a chieved due through fiscal austerity. An economic order based on the economy's societal dimension needs to be promoted. In such an order, the economy contributes towards covering the individual's needs through the efficient use of scarce resources. This, then, is the ethical-economic dimension that involves the in dividual in the processes of change and in the transformation of society as a whole.
The wconomy's objectives with regard to the integrated development of the individual constitute the final objective.
This final objective rests upon the values system which facilitates the individual's competences and their cooperation with others based on the common good, a factor that configures the individua's own innate social dimension. Such an economic order is that of a social market economy which seeks a social order that promotes economic efficiency within the framework of the social equilibrium that is so necessary in a well-functioning market economy.
It is the individual him- or herself, acting freely and responsibly within the principles of competition and solidarity, who is at the centre of the economy.
Developing the principle of solidarity means that the economy's societal dimension depends upon the success of economic austerity and reforms in order for the economy to reach its objectives: the integrated development of the individual and his or her contribution to the common good through the efficient use of scarce resources.
