Erick Bojorque Pazmiño
Es este un modelo inédito cuyo sustento teórico se realizan desde la visión de la "Belleza Dividida" de Jacques Ranciére, sobre el planteamiento de Johann Winckelmann en Dresde 1764 acerca el arte y su expresión.
Se parte desde un enfoque de pensamiento estético que clarifica el hecho de que lo bello no es solamente un todo sino también su expresión, su proceso, su historia, sus partes. Un planteamiento que "disocia la belleza de las formas de su ciencia" (Ranciére, 2013:27) para posteriormente llevarlo hacia la esfera del conocimiento como tal, hacia una dicotomía de ello con la cognición arquitectónica. Planteamos que se puede aprehender la arquitectura, su belleza, su esencia, al conocer, al mutilar, al extraer sus partes y analizarlas en el contexto cognitivo. Cognitivo pues en el análisis, se busca la sapiencia del misterio, los entretelones etéreos, emocionales, mentales y volitivos de su manifestación y no solamente su cristalización tridimensional visible y palpable físicamente. < br>Al fraccionar el acontecimiento arquitectónico, el hecho arquitectónico -para conocerlo íntimamente en un proceso de mutilación cognitiva- convertimos en trascendente a por conciencia la materialidad de tal acontecimiento para dejar atrás las figuraciones de una modernidad embebida en la sabiduría de la tríada forma-función-tecnología.