Erick Bojorque Pazmiño
Se plantea que la vivienda en la que se desenvuelven los seres humanos occidentales, no es más que un simulacro programado por la historia y por la naturaleza y su simetría fractal que clona todo lo que toca, manifestándose esto en los ordenes disposicional (distribución en planta) y morfológico (apariencia formal) del hecho arquitectónico en mayor medida, lo que se constituye en el crimen perfecto de la arquitectura como desenlace de la necesidad individual de existencia construida, en el asesinato de la verdad espacial conciente de la vivienda.
Todo ello enmarcado en la global condición de familia unificada soñada y de recursos industrializados normados para un mejor ganancia por metro cuadrado.