La Ley 14/2013 de Emprendedores introdujo por primera vez en nuestro Derecho mecanismos de exoneración de deudas o de segunda oportunidad aunque tuvo escasísima aplicación práctica debdo al rigor de los requisitos exigidos. El RDL 1/2015 recientemente aprobado amplia y flexibiliza el sistema, y aunque lo hace con un evidente retraso respecto a los restantes países de la UE, la nueva norma supone un evidente paso adelante y ha suscitado grandes expectativas, aunque no genera entusiasmo. De hecho está siendo escasamente aplicada en sus primeros meses de vigencia, quizás porque presenta más sombras que luces y que sigue sin crear ese proceso sencillo, ágil, eficaz y barato para abordar la insolvencia de los consumidores y los pequeños empresarios que recomienda la UE.