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Que el Ministerio Fiscal se encuentra sometido al sistema de carrera administrativa es algo que, por repetido, nadie cuestiona. Hasta el punto de que expresiones como Carrera Fiscal y Ministerio Fiscal suelen utilizarse indistintamente, como si se tratase de sinónimos o de términos de casi idéntico significado. Resulta, sin embargo, que la configuración orgánica del Ministerio Fiscal en ningún caso responde al sistema de carrera administrativa. Más aún, es que el sistema administrativo que acoge el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal es exactamente contrario al de carrera administrativa. El motivo de tal confusión no es casual, pues con ella se pretende ocultar el instrumento que sirve al Fiscal General del Estado �y al Gobierno a su través� para controlar férreamente el trabajo de la Fiscalía: la ausencia del derecho a la carrera administrativa, así como de las garantías funcionariales que le son inherentes.
