Lo que intentamos con las páginas que siguen -el título que se les da podría provocar justa "admiración"- es introducir al lector en la obra que hemos traducido, no introducir a Heidegger.
Desmenuzar las tan condensadas y difíciles páginas, explicar su contenido, señalar los pasajes en los que haya que detenerse y que haya que releer y repensar, las dificultades de intelección, de traducción, por tanto, a veces son insuperables.