La crítica al androcentrismo debe ser vista como un ejercicio de de-construcción imaginaria. Todo el trabajo intelectual de la española Amparo Moreno Sardà es presentado por el autor como la confirmación de que el "arquetipo viril" ha sido objeto de una apropiación discursiva. De este modo, la retórica del discurso académico es condicionada por un modelo de masculinidad que se sustenta en un sistema de valores que se presenta como natural y que considera al dominio expansivo como paradigma del desarrollo científico. De paso, los ingredientes básicos de este imaginario social, se extienden, sin mediar conciencia, a los demás ámbitos del conocimiento y la vida cotidiana.