Desde el 1 de enero de 2015, el IVA en todas las telecomunicaciones, la radiodifusión y los servicios electrónicos se deberá a que el cliente se basa, en lugar de donde se encuentra el proveedor. Este cambio garantizará una mayor igualdad de condiciones para las empresas, y más justos derechos de imposición entre los Estados miembros.