Resulta verdaderamente sorprendente que la llevanza del Registro Civil haya sido asignada al Registro Mercantil, encomienda que obliga a que aquéllos que son únicamente especialistas en personas jurídicas pasen de la noche a la mañana a serlo, además, en personas físicas. Sólo una deriva privatizadora cuyo único objetivo es el ahorro presupuestario, puede explicar una medida que resulta, cuando menos, desconcertante dada la disparidad de cometidos que ambas oficinas poseen actualmente.